dissabte, 7 de gener del 2017

Ficcions de la memoria: baño de bosque

Hoy he vivido una experiencia insólita: hoy he conocido la eternidad. Pero una eternidad distinta. 

No es vivir para siempre, cosa imposible, pues vivo y por lo tanto moriré, algún día. Es que el tiempo no exista, que no importe, que no me persiga la culpa por ignorarlo y por perderlo, cómo si de mi niño se tratara. Que me sea indiferente un minuto o un siglo, que no me acuse y me deje vivir tanto cómo quiera, y como quiera vivir. 

Y así he sido junto al río escarchado con encajes de hielo puro blanquísimo, sintiéndome libre definitivamente, aunque triste, viendo fluir la vida ahí abajo, afuera. Sin esperar nada porque nada vendrá, porque no hay presente ni futuro ahora, en este instante ya caduco.